💤 Una mujer se enfrenta de madrugada a la luz blanca de la nevera para librarse de todo alimento que contenga carne o pescado. Su marido, al descubrirla, solo obtendrá una vaga explicación por su parte: ha tenido un sueño.
🪲 La vegetariana es Yeonghye y es una nueva Bartleby, una Samsa un segundo antes de sufrir la metamorfosis: abandera una resistencia pasiva pero absoluta. Cada vez será más complicado verla actuar de un modo convencional en público, ya sea en una cena de empresa o en una reunión familiar.
3️⃣ Hay tres partes en la novela. Por cada parte, un narrador diferente. Está la primera persona del marido y dos terceras personas: una pegada al cuñado de Yeonghye y la otra a la mujer de este, la hermana de la vegetariana.
⛰️ La coreana Han Kang deja su sello personal que recuerda al mejor cine asiático y puebla la novela de situaciones extrañas, violentas y sexuales que se acercan al Kawabata de «La casa de las bellas durmientes» o al mejor Murakami no solo en los intercambios de diálogo, sino también en los escenarios, como ese sanatorio que aparece en «La vegetariana» y se asemeja a ese otro sanatorio que aparecía en «Tokio Blues». Sanatorios, todos, que están donde deben estar los sanatorios desde que la literatura es literatura y desde que Thomas Mann es Thomas Mann: en la montaña.
🔚 Para acabar, el inicio:
«Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez. No era ni muy alta ni muy baja, llevaba una melena ni larga ni corta, tenía la piel seca y amarillenta, sus ojos eran pequeños, los pómulos algo prominentes, y vestía ropas sin color como si tuviera miedo de verse demasiado personal».
✍️ Han Kang
📚 @randomhouse_es
🏆 Premio Booker 2016