El doctor Rieux encuentra el cadáver de una rata en el rellano de la escalera. Fuera, serán muchas las ratas agonizantes que invaden las calles, y el conserje muere repentinamente por una enfermedad violenta y misteriosa. Los médicos acceden al fin a pronunciar la temida palabra: peste. Y, pese a las muchas reticencias, las autoridades incomunican la ciudad.
El aislamiento y el miedo se adueñan de la población y modifican los comportamientos individuales y colectivos. Rambert, un periodista que acaba de separarse de su novia, solicita en vano el apoyo del doctor Rieux para regresar a París. Cottard, un representante de comercio que había intentado suicidarse, se regodea en la desgracia de sus conciudadanos. Grand, empleado municipal, se encierra a terminar un libro cuya primera frase no cesa de reescribir. Y el padre Paneloux llama a sus feligreses a meditar acerca del castigo divino.