Paulina Tuchschneider presta su voz a la tragicómica (anti)heroína de esta novela para dar cuenta –con una franqueza pasmosa en la que se entreveran la ironía, el humor, lo escatológico y lo sórdido– de su traumático paso por el Ejército de Israel mientras cumplía el servicio militar, obligatorio para mujeres y hombres en ese país.
De fondo, el sordo rumor de la contienda del Líbano de 2006, en la que Israel luchó contra Hezbolá, su enemigo declarado. En primer plano, un enemigo no declarado, y por ello más insidioso y letal, menos reconocible porque viene del bando propio.